lunes, 10 de agosto de 2009
chlie 1910
Pedro Montt fue presidente
de Chile entre 1906 y 1910.
Agustín Edwards McClure,
ministro del Interior en 1910
y presidente de la Comisión
Centenario de la República.
Emiliano Figueroa asumió
la presidencia en 1910 cuando
era ministro de Justicia e Instrucción
Pública.
Celebración del Centenario
en la capital. Las fiestas
oficiales fueron encabezadas
por Emiliano Figueroa, ante
el fallecimiento del presidente
Pedro Montt.
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El Centenario de Chile corresponde a la serie de celebraciones y actividades realizadas en 1910, para conmemorar los 100 años del principio del proceso de la Independencia de Chile.
Las actividades se comenzaron a preparar desde los inicios de 1910. Se invitó a participar a delegaciones de los países amigos; Por Argentina comprometió la asistencia del Presidente de la República.
Diversas obras fueron construidas para ser inauguradas durante ese año como la remodelación del cerro Santa Lucía, la Estación Central, el Palacio de los Tribunales y el Museo de Bellas Artes. Además fueron inaugurados diversos monumentos conmemorativos, muchos donaciones de las colonias extranjeras en Chile. Ese año se terminó las obras de alcantarillado y fue encendido el nuevo alumbrado público de Santiago.
Fueron publicados diversos documentos históricos relacionados al 18 de septiembre de 1810, la Independencia, y con los principales aspectos de los cien años de historia nacional.
La fiesta del Centenario, fue observada por distintos representantes de Europa y América. Diversos concursos se realizaron para exhibir los productos más destacados del país.
Pero el acontecimiento no estuvo exento de criticas, ya que muchas voces protestaron por la preeminencia de la élite chilena, y la ausencia del pueblo en la celebración. Otros protestaban por el gasto económico realizado en tiempo de crisis económica.
La Crisis del Centenario
La idea de crisis, estuvo muy presente en la vida nacional durante el curso de 1910, año de evaluaciones. Para algunos, esta crisis tenía su origen en la decadencia moral de la clase política de la época, lo que pareció confirmarse con la muerte sucesiva de dos presidentes de la República: Pedro Montt, y el que sería su sucesor, el vicepresidente Elías Fernández Albano. Este acontecimiento forzó la elección inmediata de un nuevo representante, surgido del acuerdo de todos los sectores políticos: Ramón Barros Luco. Para otros, sin embargo, la explicación debía buscarse en los conflictos sociales que se agudizaban día a día ante la mirada indiferente de la élite.
Pese a todos los inconvenientes y múltiples detractores, las fiestas del centenario, provocaron gran expectación y actividad en todas las ciudades del país, permaneciendo en el recuerdo, y en las Memorias de sus contemporáneos, como una de las más importantes celebraciones del siglo.